Alimentos que parecen saludables pero no lo son
Muchos productos que aparentan ser saludables no siempre lo son. ¿Un ejemplo? Podemos darte muchos: barritas de cereales, zumos, algunos yogures e, incluso, el pan. ¡No son lo que parecen! Por eso, hoy queremos ayudaros a identificar esos alimentos que parecen saludables, pero no son.
Los alimentos se dividen en cinco categorías, definidas en función de la extensión y el propósito del procesamiento industrial utilizado en su producción. Las categorías son: naturales o mínimamente procesados, ingredientes culinarios, procesados y ultraprocesados.
Los productos que hemos mencionado anteriormente pertenecen a una categoría alimentaria peligrosa que ni siquiera existía hasta hace poco: los ultraprocesados. La tendencia en el consumo refleja que la gente está dejando de preparar alimentos naturales y mínimamente procesados y comprando más productos listos para consumirse. Estos productos contienen más calorías, sal, azúcar y grasa, además de aditivos alimentarios que favorecen el consumo excesivo y provocan efectos negativos en el cuerpo y la salud.
Además, no contienen ningún nutriente y tampoco sacian, solo hacen que comamos más y más. Y no podemos olvidar que son los principales causantes del aumento en la obesidad y las enfermedades crónico-degenerativas como el infarto agudo de miocardio y la hipertensión arterial.
¿Cómo puedo identificar alimentos que parecen saludables pero no lo son?
Lee atentamente esta clasificación y ¡toma nota!:
- Naturales: se obtienen directamente de las plantas o de animales y que se adquieren para consumo sin que hayan sufrido alteraciones desde que se originaron en la naturaleza, por ejemplo, huevos, frutas, legumbres, verduras, etc.
- Mínimamente procesados: son alimentos que han pasado por algún proceso de limpieza, refrigeración, secado, pasteurización, congelamiento y fermentación, pero no se les ha añadido sal, azúcar, grasas y otras sustancias. En este grupo están los granos y cereales, la leche, las harinas, la carne y el café.
- Ingredientes culinarios: son extraídos de alimentos de la naturaleza por procesos como prensado, molienda, trituración, pulverización y refinación. Hacen la alimentación más sabrosa, sin que quede nutricionalmente desequilibrada, pero deben ser usados en pequeñas cantidades. Algunos ejemplos son los aceites, mantecas, el azúcar y la sal.
- Productos procesados: son alimentos naturales o mínimamente procesados a los que se les agrega sal, azúcar u otra sustancia de uso culinario, para hacerlo duradero o más agradable al paladar. Se recomienda limitar la ingesta pues los ingredientes y los métodos usados alteran desfavorablemente la composición nutricional.
En este grupo encontramos muchos productos como las sardinas y el atún enlatados, los quesos, los panes envasados y prácticamente cualquier conserva que tenga sal y azúcar en sus ingredientes.
- Alimentos ultraprocesados: son productos realizados con muchos elementos, como sal, azúcar, aceites, grasas y sustancias de uso exclusivamente industrial, como proteínas de soya y de leche y extractos de carnes. Además, pasan por varias etapas de procesamiento. Hay muchos productos en esta categoría: galletas, helados, sopas, salsas, refrescos, batidos, salchichas, Nuggets… ¡La lista es infinita!
Para identificarlos, te recomendamos mirar la lista de ingredientes. Si tiene más de 5 y son nombres poco familiares, estás antes un procesado y deberías consumirlos muy ocasionalmente.
Los dos primeros grupos deben ser la base de nuestra dieta para conseguir una alimentación nutricionalmente balanceada y ambientalmente sostenible.
En UNIKA apostamos por garantizar la seguridad alimentaria de todos los productos con los que trabajamos. Si quieres saber más sobre el etiquetado nutricional y cómo elegir un buen alimento, te recomendamos este post.
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