La cadena de descongelación en alimentos: cuídala
Garantizar un buen control de calidad alimentaria no es solo cuestión de laboratorios como los de Unika, Gestión de Marcas, también forma parte el cuidado que hay de los alimentos una vez están en casa. Con frecuencia, no prestamos el interés que se merece la precaución de no romper la cadena de descongelación de alimentos.
Congela alimentos si después cuidarás de no romper la cadena de descongelación
Lo primero a tener en cuenta son las normas básicas de la seguridad alimentaria, que implican no romper la cadena de descongelación de los alimentos. Cuando vayas a comprar, ten siempre en cuenta las “capacidades limitadas” de tu hogar: el espacio en la nevera, congelador, el ambiente fresco, etc. Por ello, adquiere tus alimentos en función a esa disponibilidad.
Por comodidad, ahorro de tiempo o desesperación, recurrimos a congelar alimentos. Pocas veces nos detenemos a buscar una explicación de cómo estos se conservan, qué pautas hay que seguir para descongelarlo y respetar la seguridad alimentaria de los alimentos que ingerimos. En resumen, obviamos todo el peligro de las bacterias al que nos exponemos.
Congelar el alimento también es congelar las posibles bacterias
Para entenderlo, vayámonos al principio. La decisión de congelar los alimentos no solo supone mantener el estado de los alimentos, sino también el de las bacterias que pueda contener. Los alimentos congelados se conservan “intactos” durante el tiempo porque se encuentran deshidratados. El agua que contienen se vuelve hielo que se expande por todo el alimento en forma de cristales, lo que termina rompiendo muchos tejidos. Eso explica que un alimento empiece a perder agua cuando se descongele (agua con nutrientes).
Particularmente, en esta situación aumenta la exposición de los componentes del alimento frente a la acción de microorganismos. La congelación ralentiza la actividad enzimática que hace que los alimentos se echen a perder.
Sacar el alimento del congelador activa la capacidad de reproducción de los gérmenes. Se conoce que hay bacterias patógenas que se desarrollan bien a partir de los 5ºC. Otras, tienen la capacidad de multiplicarse hasta los 54-55ºC.
Los expertos advierten sobre la exposición al riesgo una vez que los alimentos se encuentran en una franja de temperatura de entre 5º y 65ºC.
Se recomienda tener precaución y no romper la cadena de frío, sacando el alimento de “temperaturas seguras”, por el riesgo de desarrollar patógenos. Si las bacterias disponen de suficiente tiempo, pueden alcanzar un número que provoque una toxiinfección, la “dosis infectiva”.
Volver a congelarlo supondrá conservar esas bacterias que podrán volver a multiplicarse en caso de volver a romper la cadena de frío del alimento.
¿Tiene algo que ver las bacterias con el sabor del alimento congelado?
Probablemente sí. Hay un riesgo detrás de congelar un alimento que influye en las características organolépticas (color, textura, etc.) de este. Estos cambios en la composición del alimentos se entienden como tensiones internas que producen agrietamientos o fracturas del alimento congelado.
Existen ciertas señales para detectar si se ha roto la cadena de frío, como la formación de escarcha o cristales de hielo en el envase o alimento. La presencia de escarcha en bloques apelmazados, al igual que un envase o alimento con zonas blandas, manifiestan una descongelación parcial.
Cómo descongelar un alimento
A pesar de ser una práctica habitual, dejar un alimento congelado a temperatura ambiente hace peligrar el crecimiento exponencial de bacterias, puesto que estas evolucionan rápidamente a temperaturas de entre 4º y 40º. Otro peligro de esta práctica es que provoca la descongelación de la superficie del alimento en primer lugar, lo que favorece el desarrollo de las bacterias por la capa de agua que se crea.
Empieza a planificar menús y descongelar en un procedimiento más lento pero más seguro en la nevera. Esta técnica favorece que se recuperen las propiedades originales del alimento y se reduzca el peligro de desarrollar microbios en nuestro alimento. En caso de tener prisa, otra técnica más segura es la descongelación a través del microondas, con la condición de cocinar el alimento inmediatamente. Para evitar que se cocinen solo algunas partes del alimento, se aconseja descongelar en varias fases.
Por último, recuerda la importancia de no volver a congelar un producto a menos que se haya cocinado a una temperatura superior a 70ºC. Quédate con esta lección y garanticemos un consumo seguro para todos.
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